Confesar o negar nuestra creencia en Jesús delante Dios es un tema muy importante en la vida cristiana. Debemos estar preparados para enfrentar el rechazo y la persecución cuando predicamos el evangelio, pero todavía debemos ser firmes en nuestra Certeza y no renunciar a Él ante el rechazo de las personas.
Él todavía nos recuerda la importancia de ser firmes en nuestra Certeza y no renunciar a ella en presencia de el rechazo de las personas.
“Pero inclusive si sufren por causa de la justicia, dichosos son. Y no tengan miedo por temor a ellos ni se turben, sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para personarse defensa en presencia de todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia” (1 Pedro 3:14-15)
La obediencia y fidelidad a Dios en medio de la persecución es una enseñanza crucial que encontramos en Mateo 10:28-33. Jesús nos recuerda que es más valioso ser leal a Él incluso si esto significa vencer y que Dios cuida cada detalle de nuestra vida.
Es importante recordar que la obediencia y la franqueza a Dios no solo se manifiesta en momentos de paz y tranquilidad, sino también en momentos de sufrimiento y persecución. Jesús nos da un ejemplo perfecto de esto al morir en la cruz por nuestros pecados.
Jesús quiere que sus discípulos sean astutos como serpientes pero sinceros como palomas para sobrevivir en un mundo hostil y perverso. Ser astuto les ayudará a acogerse física y espiritualmente, mientras que la sinceridad los mantendrá auténticos y transparentes en sus relaciones con otros.
En medio del odio y la hostilidad, el discípulo debe tener una Confianza firme en Dios y ser refrendador fuerte ante el rechazo de la Parentela. No importa cuán dura sea la persecución, Jesús quiere que sus seguidores sigan predicando el evangelio.
Ahora acertadamente, todo lo que ha sido escrito en el pasado, ha sido escrito para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.
4. El sufrimiento de Cristo nos invita a cargar nuestra cruz: Jesús nos animó a tomar nuestra cruz y seguirlo. Esto implica aceptar las dificultades de la vida con humildad y confianza en Dios, sabiendo que Él está con nosotros en todo momento.
Su sufrimiento nos ofrece la posibilidad de ser reconciliados con Dios y restaurar nuestra relación rota. Aunque pareciera poco contradictorio, en la crimen de Cristo encontramos vida y esperanza.
La enseñanza de Jesús sobre continuar predicando el evangelio en medio del sufrimiento es una emplazamiento a la valentía y la Certeza inquebrantable.
El apego de Cristo es más cachas que cualquier hostilidad o odio, y es nuestra representación compartir este mensaje con todos
“Y click here el Dios de la esperanza los llene de todo Gozada y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13)
En medio del sufrimiento y la persecución, Jesús nos instruye sobre cómo ser obedientes y leales a Dios. Él nos recuerda que debemos temer al Señor que tiene el poder sobre nuestra alma y nuestro cuerpo, en zona de temer a los seres humanos que pueden matar solo nuestro cuerpo.
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